Los de Carlo Ancelotti no acusaron la falta de rodaje a estas alturas de la pretemporada y se llevaron el primero de los seis títulos que disputarán esta campaña, la segunda Supercopa europea en la historia del club.
Ronaldo abrió el partido a la media hora conectando un largo pase de Gareth Bale y sentenció el duelo poco después del descanso con un remate cruzado que ajustó las cuentas con su compatriota Beto, el portero sevillista, que en la primera parte le había ganado un mano a mano.
Ancelotti sacó al campo toda su artillería de inicio sin tener en cuenta posibles carencias físicas ni falta de engranaje en los mecanismos del equipo de los nuevos fichajes.
El alemán Toni Kroos se erigió como organizador en su debut con la camiseta blanca junto a James Rodríguez, el fichaje más caro de este verano en el Madrid, algo más adelantado por el centro al inicio y escorado a la izquierda en algunos tramos del duelo.
Ante la amenaza de ese Real Madrid lanzado al ataque, el Sevilla de Unai Emery se plantó en el césped dispuesto a resistir a base de una trabajada organización defensiva y confiado en que Carlos Bacca, en punta, podría sorprender en un latigazo a Iker Casillas.
Al colombiano, sin embargo, le faltaban algunos kilómetros en las piernas en la pretemporada, y finalmente era Vitolo quien más corría para tratar de alcanzar los balones largos que enviaba el Sevilla a la espalda de Modric y Kroos.
Más allá de una llegada por la izquierda del español a los veinte minutos que propició un desliz de la defensa blanca y que obligó a Casillas a despejar con los puños un balón cruzado pegado al palo, los sevillistas apenas inquietaron a la defensa que actuaba como local en el Cardiff City Stadium.
Al otro lado del campo, en cambio, Cristiano Ronaldo iba a por todos los balones desde el inicio y Gareth Bale, con la mejor condición física de su equipo y jugando en su ciudad natal, buscaba los espacios con insistencia para desesperación de los de Emery.
El galés firmó una de las primeras ocasiones del Real Madrid al cuarto de hora, cuando le faltaron centímetros para conectar un largo pase de James desde la izquierda.
Cristiano, encendido y con ganas de brillar en un equipo repleto de estrellas, perdonó primero en un disparo desde el área pequeña pero no falló acto seguido, a la media hora.
El portugués entró por la derecha y dejó en la red un largo globo de Bale, que se había dejado caer por la izquierda, su banda contraria.
La desventaja en el marcador tumbó cualquier resistencia que todavía pudiera mantener levantada el Sevilla, que jugó a contracorriente el resto del duelo.
El golpe de gracia, nada más regresar de las duchas, volvió a darlo Ronaldo, que celebró el tanto con el que sentenciaba el duelo abrazado a sus compañeros.
Fue el francés Karim Benzema quien le dejó el balón al 'siete' del equipo blanco, que se acomodó el cuero antes de descerrajar un tiro cruzado que Beto tocó pero no detuvo.
Con el hambre de Ronaldo algo más satisfecha, apretaron en el último tramo Benzema, Bale y James Rodríguez, este último cerca del gol con un zurdazo a 25 minutos del final que obligó a Beto a lucirse.
El Real Madrid, que entró hoy al campo con la 'Décima' en las manos de Casillas, se retiró tras la celebración de un nuevo título, el primero de la temporada.
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