En una semana decisiva para un París Saint-Germain que abriga grandes ambiciones esta temporada, Thiago Silva será uno de los puntales del equipo en el duelo de cuartos de final de la Liga de Campeones de la UEFA ante el Barcelona. El central tiene la misión de frenar al poderoso ataque rival, algo que ya hizo con eficacia en choques anteriores, jugando para el Milan. Por eso mismo, trata de calentar el partido: “Conocemos su punto débil”.
Durante esta extensa entrevista concedida a FIFA.comThiago Silva habla de ese encuentro, del proyecto del PSG y de los desafíos de la selección brasileña de la que es capitán en este ciclo de la Copa FIFA Confederaciones y la Copa Mundial de la FIFA™.
FIFA.com: Después del sorteo de cuartos de final, algunos jugadores del PSG se decantaron por el Barcelona como favorito. ¿Usted está de acuerdo?
Thiago Silva:
 El Barcelona es siempre favorito, contra cualquier equipo al que se enfrente. Su trayectoria reciente y el nivel altísimo que ha alcanzado hacen que lo merezca. Pero yo siempre digo que eso es fuera de la cancha. Dentro, tenemos posibilidades de cambiar este orden. Serán dos partidos duros, entre equipos grandes, y ellos sueñan con el título, como nosotros, así que vamos a intentar dificultarles las cosas. Tal vez tengamos algo menos de experiencia, pero nuestro plantel es de calidad, con jugadores que están acostumbrados a disputar finales.
El Barcelona pasó hace poco por momentos de dudas, y tuvo que superar algunas críticas. ¿Cómo ve al Barça de hoy en relación al del año pasado, contra el que usted jugó con el Milan?El Barcelona actual es un poco distinto al de [Pep] Guardiola, aunque los jugadores sean los mismos. Ni siquiera es algo dentro del campo, sino quizás en el mando, debido a ese cambio. Pero no creo que eso marque tantas diferencias, porque Tito [Vilanova] y el cuerpo técnico conocían bien a Guardiola y siguen haciendo un buen trabajo. La gente habla, analiza los resultados, pero creo que ese cambio no ha sido tan brusco como se piensa. Hay que enfrentarse a ellos para conocer las dificultades. Conocemos su punto débil y vamos a intentar explotarlo. Pero no puedo contar aquí cómo lo haremos (risas).
Pero lo cierto es que la defensa fue una de las virtudes del Milan en aquellos partidos. Es algo que usted le puede explicar a Carlo Ancelotti, ¿no?
Pienso que puedo ser útil, sí, tratando de orientar y alertar a mis compañeros con lo que hemos visto. Pero eso es bastante relativo, porque ellos son versátiles y pueden hacer algo completamente distinto a lo que uno había imaginado, y ahí te dejan a cuadros. Tienen el mejor equipo del mundo, al mejor jugador y varios otros que ayudan con pases y movimientos. Tenemos que trabajar fuerte, analizar vídeos, para saber cómo neutralizar sus principales jugadas. De todos modos, vamos a centrarnos en este primer partido, para conseguir un gran resultado en casa y después buscar la clasificación en el Camp Nou.
Independientemente de este partido, puede decirse que el año del PSG está siendo provechoso. El propio Leonardo ya ha dicho que el proyecto avanza con rapidez. ¿Esperaba esto tan pronto?Sinceramente, no lo esperaba. Pero tampoco me sorprende. El proyecto se está haciendo bien, es ambicioso, y nos ha dado un equipo fuerte. El comienzo de cualquier proyecto de este alcance está rodeado de dudas, y es difícil hacer un equipo ganador ya en el primer año. Pero estamos consiguiendo mantener el liderato en la liga francesa y centrarnos también en la Liga de Campeones y la Copa de Francia. Aunque no se pueda afirmar con seguridad, creo que podemos tener una temporada estupenda. Y espero que no tardemos tanto en conquistar la Liga de Campeones como el Chelsea, por ejemplo.
El PSG pasó un largo periodo sin realizar grandes campañas, y París perdió así terreno respecto a ciudades como Londres, Madrid o Milán. ¿Hoy puede decirse que está de nuevo en el centro del fútbol mundial?
Creo que sí. París es una ciudad linda, importante, con una excelente calidad de vida, y que merecía haber tenido antes un París Saint-Germain fuerte como el de ahora. Es un club que está creciendo mucho, ganando visibilidad, con un plantel formado por jugadores internacionales. Hoy, el PSG es muy parecido a la ciudad de París. Pero, repito, necesitamos ganar títulos, que es el objetivo de este proyecto. Tan solo hay que mantener los pies en el suelo y tener paciencia, porque estamos en una fase ascendente.
Coincidencia o no, el PSG actual vuelve a contar con varios brasileños, y el último en llegar ha sido Lucas. ¿Cómo analiza usted estos primeros meses de él en Europa?Yo ya conocía a Lucas de la selección, y hablamos antes de que él firmase el contrato. Le hablé de la ambición del club, la estructura, y creo que eso fue importante para que llegase relajado. Todavía no está totalmente adaptado, claro, porque llegó en el invierno europeo, y por ser la primera vez que juega en el extranjero. Es difícil para un joven de 20 años llegar a un club grande y mostrar personalidad, pero lo está consiguiendo. Creo que será uno de los principales jugadores del equipo ya este año, porque nunca había visto a un jugador de esta edad responder tan bien ante una experiencia así. Y también pienso que todavía tiene mucho que mejorar.
Otra gran estrella de este equipo es Zlatan Ibrahimovic, que parece cargar con un peso enorme sobre sus espaldas: se diría que Francia entera comenta lo que hace, y hasta han creado un verbo específico para él. ¿Era así también en los tiempos del Milan?Era un poco diferente. Lo veo sometido a una presión muy grande, debido al proyecto que se ha hecho. En el Milan, el equipo ya estaba listo. Y, como la liga italiana es muy equilibrada, tampoco era algo disparatado perder ante un equipo considerado menor. Aquí, no: cuando perdemos un partido que no deberíamos, los periódicos se burlan, hablan de nuestros salarios, de la inversión, dicen que no tenemos ambición... Ibra es el máximo goleador de la liga con todo merecimiento: trabaja mucho y se entrega al máximo. Ese aspecto de los comentarios forma parte de la rutina de un equipo como el nuestro, pero debemos estar preparados. Hoy, al menos, por las campañas que estamos haciendo, tenemos más moral. En la liga francesa, por ejemplo, los demás equipos nos respetan más.
Hablemos de la selección brasileña: en su opinión, ¿cuál será el mayor reto del nuevo cuerpo técnico en los meses previos a la Copa FIFA Confederaciones y la Copa Mundial de la FIFA? El mayor reto es formar un equipo con imagen de vencedor. Ya teníamos más o menos una identidad con Mano, que hizo un trabajo muy bueno, pero por desgracia se produjo este cambio. Todos saben que nuestro gran objetivo es el Mundial, y la hora está llegando. Pero lo más cercano es la Copa Confederaciones, así que tenemos que esforzarnos, tener personalidad y no eludir la responsabilidad. El hecho de tener un cuerpo técnico ganador nos da más confianza aún. Los jugadores son experimentados y sienten eso, así que lo tenemos todo para crear esa identidad a un año y medio del Mundial. Creo que podremos mostrarlo ya en la Copa Confederaciones, y el respaldo de los hinchas nos hará todavía más fuertes.
Y en cuanto a usted, concretamente, ¿se ha parado a pensar en la responsabilidad que entraña ser el capitán de la selección brasileña en un ciclo de Copa Confederaciones y Mundial? ¿No siente presión? Yo pienso constantemente en eso. Además, lo pienso desde la primera convocatoria de Mano, en aquel amistoso contra Estados Unidos. El tiempo pasa rápido y la presión no hace más que aumentar. Es normal ponerse nervioso, tener esos escalofríos, pero cuando llega la hora del partido uno se relaja. El miedo a perder siempre existe, pero este miedo no nos puede quitar la voluntad de ganar. En mi caso particular, por ser el capitán, la presión es mayor, pero por suerte lo llevo bien. El brazalete me hace recordar todo lo que pasé antes de llegar hasta aquí, y, por eso, puede estar seguro de que voy a honrarlo de la mejor manera posible, para que todos puedan verme como un ejemplo.