La necesidad hizo en todo momento que el PSG sea el protagonista del juego con un Edison Cavani movedizo y un Zalatan Ibrahimovic luchando cada balón como si fuera un guerrero. Sobre los 8' los franceses avisaron con un remate de Pastore que pasó rosando el pórtico de Courtois.
A pesar de ser el dominador los franceses sufrieron un duro golpe a los 31' Zlatan Ibrahimovic vio la roja por una fuerte falta polémica sobre Óscar, el sueco llegó tarde al momento de barrerse y el árbitro considero una jugada temeraria echando al delantero y dejando son diez hombres a su equipo.
En la segunda parte la posesión de balón continuó para el PSG a pesar de estar con un hombre menos. Verratti se convertía en el jugador orquesta de un equipo necesitado ya que con la igualdad sin goles favorecía para los ingleses. A los 80' las cosas se pusieron peor para los franceses, tras un tiro de esquina Cahil añadió el balón al fondo de las mallas y desató la locura en su estadio pues con ese tanto clasificaban sin problemas.
La alegría le duró poco a los 'blues' y la emoción del choque la dio un ex jugador, David Luiz fue silbado todo el encuentro y se la cobró con un letal cabezazo para mandar el encuentro a los tiempos suplementarios y dejar en claro que su equipo no estaba muerto.
Tiempo suplementario
El complemento llegó con una nueva alegría para los dirigidos de José Mourinho. Thiago Silva de manera absurda en el área levantó de manera infantil la mano con la cual tocó el balón otorgándole un penal para el Chelsea. Hazard demostró su frialdad y calidad para marcar el segundo dando el pase momentáneo a la siguiente ronda a su escuadra.
La sorpresa no tardaría mucho y Thiago Silva a falta de siete minutos para culminar el choque remendó su error y con un certero cabezazo colocó el empate 2-2 para mandar al Chelsea a su casa y ver lo que resta de la Champions por televisión.
EL DATO
PSG conocerá el viernes 21 a su rival para los cuartos de final cuando se realice el sorteo de los emparejamientos.
R . MADRID VS SCHALKE Por un gol, los 'merengues' pasaron a los cuartos de final de la Champions League.
El Schalke 04 rozó la gesta en el estadio Santiago Bernabéu (3-4), donde destapó los peores defectos del vigente campeón de Europa, un Real Madrid sin personalidad al que levantó de la lona Cristiano Ronaldo, y se quedó a un solo gol de eliminar a la peor versión del equipo de Carlo Ancelotti.
El momento de inestabilidad por el que transita el Real Madrid conduce a la duda a futbolistas que han pasado de ganar todo lo que jugaban, a sufrir en un día perfecto para recuperar confianza. Llegaban al Santiago Bernabéu con dos tantos de ventaja, una renta como para quitarse de encima las dudas, recuperar crédito y disfrutar en el terreno de juego.
Nada más lejos de la realidad. Los de Ancelotti firmaron la peor primera parte en años en Europa y acabaron sintiendo el miedo al abismo del fracaso en octavos de tiempos pasados. La tensión se mascaba desde el inicio. Un Real Madrid apático y sin alegría, anclado a un sistema que deja vendidos a centrocampistas superados y laterales siempre en inferioridad por la falta de ayudas ofensivas.
El Schalke necesitaba un milagro pero creyó en él, más aún tras sentir las dudas madridistas. Intentó poner la velocidad al toque que demandaba Ancelotti el Real Madrid de inicio, con Isco para cambiar un juego plano y meter una marcha más en la transición. Conectó con Benzema pero sin acierto en los metros finales antes de que el equipo entero desapareciese. El Schalke tocaba con comodidad, sin presión en ninguna zona del campo. Necesitaba goles y los buscó con una defensa de cinco, con laterales de largo recorrido que encontraron autopistas despobladas y Fuchs firmando el partido de su vida.
Schalke fue superior al Madrid
Siempre en superioridad el conjunto alemán en cualquier rechace, generando segunda jugada, a los diez minutos avisó Choupo-Moting, antes de tener que retirarse lesionado, enganchando desde la frontal un pase atrás que rozó el poste. Era un aviso con argumentos. En el Real Madrid nadie replegaba tras perdida y la falta de intensidad provocaba derrota en cada duelo individual. Kroos salvaba un remate de Huntelaar y a la afición blanca se le agotaba la paciencia. Los silbidos acompañarían el partido.
Buscando mayor equilibrio apostó Ancelotti por Khedira en el centro del campo. El alemán estuvo tan superado como el resto. El equipo pedía a gritos el regreso de Luka Modric. La baja forma de jugadores en los que no ha confiado el técnico italiano, sumado un Coentrao ya acalambrado en el primer acto, amplió el caos blanco. Meier corría sin rival y chutaba desviado y el primer gol del Schalke llegaba con un error de Casillas a disparo de Fuchs. Sin rival que le encimase, recibió el balón dentro del área sin que Bale siguiese su marcaje, su disparo potente de zurda lo despejó hacia su portería el capitán.
Aparecían los nervios, los malos gestos entre compañeros. Arbeloa se desesperaba pidiendo ayuda y Cristiano respondía. El portugués se desquiciaba ante la imagen de su equipo y cuando se pedía un líder salió al rescate. Lo hizo tras una mano de Khedira a tiro de Meyer que no señaló el colegiado. Un saque de esquina dio oxígeno al Real Madrid. El testarazo de Ronaldo inapelable a la red. El empate no reflejaba la realidad del césped.
El Madrid salió silbado
El Schalke siguió superando en todo al Real Madrid. Un error de Varane en una mala cesión pudo costar el segundo, con Huntelaar rozando el gol tras llegar al despeje de Casillas. El holandés es un devorador. Tiene la portería rival siempre en mente. De un balón muerto en la frontal sacó un derechazo a la cruceta y a cinco del descanso se anticipó a todos para mandar a la red el rechace de Casillas al disparo de Meyer. Era el 1-2 y los presentes se preparaban para sufrir.
El Schalke acariciaba la gesta pero Cristiano se empeñó en evitarla. En un arranque de raza, que no de
fútbol, el Real Madrid cerró una primera parte para el olvido salvando los muebles. Perdonó Benzema una contra de Isco, Khedira con un centro chut hizo volar a Wellenreuther y lo único salvable del partido de Coentrao, un gran centro desde el costado izquierdo, lo remachó a gol Cristiano.
Cuando el Bernabéu respiraba hondo y se disponía a despertar de la pesadilla, con un golazo de Benzema a los 52 minutos, llegó un final de infarto. El francés encontró un balón dentro del área, lanzó dos amagues que sentaron a rivales y marcó a puerta vacía. Ahora sí era el momento de liberar tensiones, pero la noche no estaba para ello. Porque solo cinco minutos después el joven Sané se adueñaba del balón sin un defensa que le saliese al paso y desde fuera del área, con todo el tiempo del mundo, sacaba un zurdazo al ángulo donde no llegaría Casillas. Era el empate a tres.
Recurrió al regreso de Modric cuatro meses después Ancelotti y pareció surtir efecto de inicio. De golpe cambió el concepto y el sistema. El Real Madrid pasaba a tener más la pelota, a tocar con criterio, pero el Schalke, fiel a la filosofía de equipo alemán, nunca se rindió. Barnetta rozó el gol escorado tras tocar Modric su disparo. Pudo sentenciar definitivamente el Real Madrid y marcar un gol que le el daba récord de triunfos consecutivos en Liga de Campeones, pero lo intentos de Cristiano, el mano a mano de Arbeloa, una rosca de Isco y un disparo de Bale, de los jugadores más silbados por su afición, no acabaron en gol.
En el peor día que se recuerda de la defensa madridista, Huntelaar incendiaba el final. Cogió la espalda a Pepe y el pase al espacio de Sané, ayudado por Modric, lo chutó arriba con potencia en un disparo imparable que significaba el 3-4 a seis minutos del final. El madridismo sufrió cada segundo hasta que el colegiado señaló el final del duelo. Fue cuando apareció Casillas para corregir sus errores en los dos primeros tantos. Sacó un disparo de Sané y un remate con todo a favor de Höwedes en el último suspiro.
La eliminación en octavos y el fracaso sobrevoló el Bernabéu en un partido en el que muchos pedían el debut de Martín Odegaard para protagonizar un récord. La realidad es bien distinta. El Real Madrid avanza a cuartos sin autoestima ni personalidad. Necesita cambios para volver a creer en lo que le condujo al éxito. Los pañuelos de la grada marcaron la despedida .
BAYERN MUNICH VS SHAKHTAR DONESK El Bayern apenas tuvo que esforzarse para sellar su pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones. Su duelo con el Shakhtar estuvo marcado por el penalti y expulsión de Kucher a los tres minutos de juego. Müller y Boateng acabaron por la vía rápida con lo que pronto se había convertido en un mero trámite. Ribéry, Müller de nuevo, Badstuber, Lewandowski y Götze lo acabaron convirtiendo en una humillación para el conjunto ucraniano.
Se esperaba mayor resistencia de los hombres de Lucescu. Se preveía, al menos, que el Shakhtar no tirase la eliminatoria casi en la primera jugada del partido. Lo hizo Kucher, que fue al suelo de manera tardía en una aparición de Götze dentro del área. Más allá de la teatralidad del jugador alemán o de la virulencia del contacto, la inocencia del defensa ucraniano hizo el resto.
Müller agradeció la concesión desde los once metros y el Shakhtar se resignó al nuevo escenario. Se metió demasiado atrás y el Bayern acabó tirando paredes en el área ucraniana. Los de Lucescu se suicidaron y Boateng aclaró aún más el camino. Apoyados en la insistencia de Ribery, y más tras la lesión muscular de Robben, el Bayern trató de finiquitar la eliminatoria cuantos antes, si es que ya no lo estaba.
Sin piedad
Lo hizo a la vuelta de vestuarios. En un arranque espectacular, dos acciones de Ribéry confirmaron la goleada. El francés hizo el tercero tras tirar una pared con Alaba y propició el rechace de Pyatov en el cuarto tanto alemán, obra de Müller. Hasta Badstuber se sumó a la goleada que amplió Lewandowski, obsesionado con un gol que parecía que no llegaría nunca. Götze, que tampoco pasa por un buen momento, aprovechó para sumarse a la terapia con el tanto que cerró la fiesta alemana.
Se movieron los banquillos y la intensidad disminuyó como era de esperar. El Bayern solo necesitó tres minutos para encontrar el camino hacia cuartos. Allí no todo será tan fácil, pero los de Guardiola están preparados para ello
PORTO VS BASILEA Porto consiguió tener una actuación brillante y goleó 4-0 al Basilea en Portugal, de está manaera se metió a los cuartos de final de la Champions League. Los 'dragones' con tantos de Brahimi, Herrera y Casemiro sueñan con alzar su tercera 'orejona' en su historia deportiva.
Desde los primeros minutos los portugueses demostraron su calidad y presión al momento de marcar haciendo caer en errores a los suizos. A los 14' Brahimi indicó el camino de la victoria anotando el primero, el atacante definió a la perfección ante la salida del portero Vacilik y ponía la primera tranquilidad para su equipo.A pesar de las constantes situaciones de alargar el marcador la primera etapa se marcharía con con el solitario gol que por el momento le daba la clasificación aunque no podían confiarse ya que un tanto del Basilea podía mandar al alargue el encuentro.Ni bien empezada la segunda etapa, Porto halló el segundo tanto por medio del mexicano Miguel Herrera, el volante definió de derecha y demostró porqué es titular en uno de los equipos más poderosos del país luso.El mejor gol de la noche europea la anotó Casemiro, el brasilero ex Real Madrid puso el tercero tras un soberbio tanto de tiro libre y desarmó cualquier ilusión de los suizos quines habían adelantado toda sus lineas. Finalmente a los 76' Aboubakar le puso la cereza a la celebración con el cuarto tanto y ahora solo tendrán que esperar el sorteo para conocer a su rival en los cuartos de final.