Un triunfo 2-0 sobre Tottenham
bastó para coronar a los hombres de Klopp como reyes de Europa.
A Liverpool el fútbol le dio
una dulce revancha: ¡un título de Champions League!. Un penalti y un gol
agónico de Origi, el ‘tocado por la varita mágica’ en este torneo, bastaron
para sellar a su favor de los de Klopp un título merecido de punta a punta.
A los 24 segundos una
inocencia de Sissoko, una mano en el área para bloquear un centro de Mané,
cambió por completo los planes de todo el mundo en el Wand Metropolitano: un
balazo metió Salah para asegurarse el 1-0 parcial para Liverpool apenas a los
dos minutos. Otro partido empezaba para Tottenham.
Tímida era la reacción del
Tottenham, repetido en los centros y tomando demasiadas precauciones atrás, más
bien poco efectivas porque Alexander-Arnold les dio un buen susto al 16 con su
remate de afuera, muy pegado al palo, y si no es por el oportuno Rose, de
cabeza castiga Salah al 22, en un gran centro de Robertson.
Lindo era el show de Fabinho
en el medio campo, anticipando el pase a Kane y Dele Alli y, como les hiciera a
Messi y sus amigos, ganando siempre en el mano a mano.
Tenía la pelota el de Londres
pero sin hacer daño y en cambio el rojo, que obligaba a jugar a su ritmo, veía
como Robertson rompía el tedio con un remate espectacular que salvó con un
manotazo Lloris al 37. ¡Era el segundo de Liverpool!
Lo único que no se le podía
reprochar al Tottenham era su actitud: luchó en el inicio sin claridad y en el
complemento salió a arriesgar la vida por el empate.
Se fue Firmino sin pena ni
gloria y llegó Origi, el chico de Klopp para la clasificación a la final contra
Barcelona. Y respondió Pochettino enviando al campo a Lucas Moura, su as contra
el Ajax.
Con todo, era Liverpool el más
incisivo. De hecho, perdonó el segundo al 68 en una tremenda salida de Mané,
Salah de pivote para Milner y apenas fuera salió el remate. Reaccionada al 70
Tottenham con un peloteo que acabó en manos de Alisson Becker y parecía que la
habilitación de Son a Delle Alli sorprendería al portero de Liverpool al 72,
pero no.
Salvaba Van Dijk –siempre el
holandés- una salida rápida de Son al 75 y al 79 tenía Tottenham su mejor
opción en todo el partido: violento remate de Son que detuvo Allison y en el
rebote de nuevo ganó el brasileño al intento de Lucas Moura. ¿Cabía alguna
duda? Al tiro libre de Kane llegó preciso para salvar su puerta con un manotazo
al lateral. ¡Lo que es tener un arquero que defiende un título!
Tanto perdono Tottenham en
área rival que le dio vida a Liverpool: Origi encontró un rebote oportuno y con
un zurdazo definió al palo, inalcanzable para Lloris.
¿Juego trepidante, salidas a
toda velocidad, derroche de sacrificio y precisión? Se quedó todo en territorio
británico. Las precauciones defensivas ganaron el pulso y se fue mucho tiempo
en ese juego de no correr muchos riesgos y esperar al error del rival, que
nunca llegó.
Liverpool es nuevo campeón de
Champions, rompe la hegemonía del Real Madrid y encuentra un bálsamo tras ver
perdida la Premier League a pesar de sumar la friolera de 97 puntos. El fútbol,
que da y quita, ha sido particularmente justo y ha coronado por primera vez a
Klopp, el genio de la lámpara que ahora sí se viste de campeón.
Imagen : Twitter.com
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