Fiscalía de EEUU acusa a otros 16 jerarcas del fútbol. Interpol detiene en Suiza a presidentes de la Conmebol y Concacaf.
Finalmente se oficializaron los “problemas personales” que hicieron renunciar a Luis Bedoya hace unas semanas, sorpresivamente, a la presidencia de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF). El bogotano, que era el mandamás del balompié nacional desde 2006, se declaró culpable de conspirar para cometer crimen organizado y fraude electrónico, informó ayer en la tarde la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch.
Bedoya, que dejó el puesto en la FCF y viajó a territorio estadounidense a tratar de arreglar su situación jurídica, aceptó dos cargos dentro del escándalo de corrupción en el fútbol denominado ‘Fifagate’.
Según el Departamento de Justicia, el 12 de noviembre de 2015, Bedoya confesó sus delitos y acordó entregar todos los fondos depositados en una cuenta bancaria que tiene en Suiza.
“La cuenta está en Suiza y el señor Bedoya ofreció entregar sus fondos y otros más”, confirmó Loretta Lynch.
Las autoridades estadounidenses divulgaron ayer ocho declaraciones de culpabilidad, incluyendo las de Bedoya y Sergio Jadue, hasta el mes pasado presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile.
El vicefiscal de distrito Evan Norris dijo que Jadue quedó en libertad bajo fianza, pero rehusó precisar las condiciones impuestas. Se cree que sucedió lo mismo con Bedoya, que podría pagar unos ocho años de cárcel en EE.UU. Al admitir los delitos se libraría de por lo menos doce años más.
“Luis Bedoya vino a negociar con nosotros”, aseguró Rober Capers, uno de los fiscales que maneja el ‘Fifagate’.
El número total de personas y entidades acusadas en el caso asciende a 41, pero sólo ocho han admitido de momento su responsabilidad en el escándalo por lo que tendrán que pagar la sanción, que asciende a 40 millones de dólares.
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